Cinco salones para descansar
El salón puede ser el lugar en el que se reúne la familia, en el que se recibe a las visitas o una habitación para el relax y el descanso. Es importante definir nuestras prioridades a la hora de decorarlo. Y a partir de ahí, si optamos por un salón para descansar, una de las claves está en la tonalidad que le demos.
Lo mejor es optar por una base de tonos claros, como un blanco roto o beige, y luego elegir una gama que inspire calma. Puede ser en azules, como en este ejemplo de arriba o de colores más cálidos, pero nunca colores estridentes ni demasiados. Lo mejor es decantarnos por uno o dos y utilizar varios de la gama, más oscuros y más claros. Es importante que nuestra vista no se canse y que no haya nada que nos pueda distraer en exceso.
Aquí también destacan las piezas negras, en este caso dos consolas, pero eso sí, colocadas en perfecta simetría. El orden es muy importante. La madera y la chimenea añaden una cómoda calidez y se compensa así la sensación de vacío por la gran altura de los techos.
He aquí otra combinación de blanco y madera, adornados por una alfombra oriental en tonos rojos. El espejo, que podría resultar distorsionador, se ha colocado tras el sofá. Así puede contemplarse a la entrada, pero una vez sentados, ya no tiene ningún protagonismo.
Atención especial a los sofás y a las butacas que vayamos a utilizar. Muchs modelos pueden resultar muy bonitos, pero lo importante es que sean cómodos, porque sentados o tumbados en ellos vamos a pasar muchas horas de nuestra vida.
Tienen que invitar a sentarse en ellos y hacernos sentir tranquilos y protegidos. Hay que probarlos en la tienda sin rubor y fijarnos si son poco o demasiado mullidos, cómo estamos tumbados y si nuestra cabeza y cuello están cómodos tanto en postura tumbada como erguida para ver la televisión.
Debemos elegir también si preferimos un módulo con chaise longue o si para levantar las piernas estamos mejor con un puf. Todo depende de cuánto tiempo vayamos a estar tumbados. Si va a ser sólo esporádicamente, es mejor un reposapiés.
Y la mesa también es clave y depende de nuestras necesidades. Debe ser lo suficientemente grande para poder posar en ella nuestras lecturas y algún adorno, un vaso de agua, etc.
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